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Salud Hernández miente: los venezolanos no huyeron en vez de enfrentar a la dictadura chavista

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En una columna para la revista colombiana Semana, la periodista colombo-española Salud Hernández dice que los venezolanos tenemos mucho que aprender de los ucranianos, porque ellos sí se quedaron en su país para luchar contra las fuerzas invasoras de Vladimir Putin. Es mentira, y hay varias imprecisiones en esta premisa.

“Viendo Ucrania convertido en un país de combatientes, de demócratas que defienden a muerte su derecho a elegir y pensar lo que quieran, me convenzo aún más de que los venezolanos cometieron el grave error de salir huyendo en la dirección equivocada”.

Aunque Hernández empieza el artículo esbozando acertadamente la naturaleza criminal del comunismo, la hipocresía y la complicidad de la izquierda con sus delitos, se desdibuja al armar la premisa central. Dice que a los regímenes comunistas hay que tumbarlos, cosa que es cierta; que los ucranianos están enfrentándose valientemente a Putin, también cierto; pero que los venezolanos no han hecho ni lo primero ni lo segundo.

La periodista de Semana escribe el artículo como conclusión de un viaje que hizo a Ucrania, en el que presenció las profundas cicatrices que dejó la invasión de Vladimir Putin, y el horror innato a la guerra. Lamentablemente, el viaje no le sirvió de mucho; de lo contrario, sabría: i) Ucrania se enfrenta con su ejército nacional y civiles armados (entrenados, además, y con equipo donado por la comunidad internacional) contra un ejército invasor; ii) los venezolanos nunca tuvieron armas contra las dictaduras de Hugo Chávez y Nicolás Maduro; se trata, en cambio, de una población desarmada contra un Estado delincuente, que tortura y mata sin pudor, y que nunca temió las consecuencias de ello; iii) Ucrania también tiene millones de refugiados; natural en todo conflicto o situación de tragedia humanitaria. Y tendría más refugiados si no le hubieran prohibido a los hombres mayores de edad salir del país.

A las imprecisiones hay que sumarle el profundo desconocimiento de Salud Hernández sobre las últimas dos décadas de resistencia contra la dictadura chavista. Dice, en un momento de infinita soberbia —como si hubiese, luego de veinte años, descubierto finalmente la fórmula para acabar con el chavismo—: “Debieron caminar hacia Miraflores y no detener la marcha hasta sacar al capo y sus cómplices”. Es sorprendente que Salud Hernández sea ajena a los hechos de abril del 2002, cuando los paramilitares del régimen mataron a tiros a casi 20 venezolanos e hirieron a más de 100 que trataban de llegar al palacio presidencial. O a las protestas del 2007, 2014 o 2017, cuando el propósito siempre fue llegar a Miraflores y, al sumar, tenemos más de 200 asesinados.

Desde un teclado en Bogotá es fácil decirlo. Quizá Hernández podría afirmar lo mismo sobre los colombianos, que durante la guerra contra el narcotráfico salieron en bandada a países vecinos —como Venezuela, donde por cierto llegaron millones.

Lástima, respeto a Salud Hernández. Pero su texto es irrespetuoso, ignorante y simplista. La invasión criminal de Putin a Ucrania nos puede dejar mil lecciones al mundo, pero concluir, luego de pasear por las calles de Kiev, que los venezolanos fuimos unos cobardes, es injusto y corresponde una disculpa. Estoy seguro de que Hernández entenderá, porque es mucho más sensata e inteligente que ese vulgar artículo en Semana.

Orlando Avendaño is the co-editor-in-chief of El American. He is a Venezuelan journalist and has studies in the History of Venezuela. He is the author of the book Days of submission // Orlando Avendaño es el co-editor en Jefe de El American. Es periodista venezolano y cuenta con estudios en Historia de Venezuela. Es autor del libro Días de sumisión.

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