El pasado sábado una noticia sacudió a más de 30 millones de venezolanos. La administración Biden acababa de anunciar que los dos sobrinos del tirano Nicolás Maduro, presos en Estados Unidos por narcotráfico, habían sido puestos en libertad tras una negociación entre el Gobierno demócrata y la dictadura venezolana.
Desde hace meses, funcionarios de la administración Biden habían realizado viajes a Caracas, capital de Venezuela, con el supuesto propósito de mantener conversaciones energéticas debido a los problemas de abastecimiento de petróleo que se presenta en el mundo tras la invasión de Rusia a Ucrania. Sin embargo, meses después, lejos de llevarse a cabo un acuerdo comercial, lo que se ejecutó fue un canje de prisioneros en el que el Gobierno presidido por Biden liberó a dos narcotraficantes que resultan ser familiares directos de Maduro, a cambio de 7 ciudadanos americanos que estaban secuestrados por el régimen dictatorial.
La noticia cayó a todos los venezolanos como una puñalada en la espalda, principalmente, debido a que Venezuela es, desde hace décadas, un país sin ley en el que los miembros del régimen han expropiado empresas, fincas, bienes inmuebles, han torturado disidentes, violado a jóvenes manifestantes, asesinado a opositores, sin que exista una sola herramienta para impartir justicia dentro del país.
En el 2015, Efraín Antonio Campo Flores y Francisco Flores de Freitas fueron detenidos en Haití por conspirar para traficar 800 kilos de cocaína hacia Estados Unidos. Esa fue la primera vez que millones de venezolanos sintieron que finalmente la justicia podría hacer pagar, por lo menos, a unos de los cómplices y familiares directos de los cabecillas de la destrucción de toda una nación. Sin embargo, Biden, en un acto traicionero con el que busca acercarse a las dictaduras de América Latina, echó todo a la borda e indultó a los criminales para complacer a Maduro y desamparar aun más a los venezolanos.
Claramente, los 7 ciudadanos americanos, gran parte de ellos con doble nacionalidad (venezolana), no debían estar presos, y eran, al igual que millones más, víctimas de la tiranía de Maduro. Sin embargo, nada justifica la liberación de los narcosobrinos, con la que Biden ahora envía un peligrosísimo mensaje al mundo: los regímenes enemigos podrán, a partir de ahora, secuestrar ciudadanos americanos para que Estados Unidos cumpla sus caprichos bajo coerción.
Con esta acción, la administración Biden no solo lució débil, sino que destrozó por completo el sistema de justicia, la separación de poderes y dejó huérfanos y desamparados a 30 millones de venezolanos que ven cómo Maduro se burla de sus desgracias y se sale con la suya sin ningún tipo de resistencia.
La editorial de hoy martes 4 de octubre de 2022 fue escrita por Emmanuel Rincón y hace parte del newsletter de El American. ¡No olvide suscribirse aquí para recibir todos los días en su correo acceso a nuestros análisis, reportajes, entrevistas, opiniones y comentarios.
Emmanuel Rincón is a lawyer, writer, novelist and essayist. He has won several international literary awards. He is Editor-at-large at El American // Emmanuel Rincón es abogado, escritor, novelista y ensayista. Ganador de diversos premios literarios internacionales. Es editor-at-large en El American