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En un giro inesperado, el Gobierno del Reino Unido quiere ser más woke que las Big Tech. El Secretario de Cultura y Medios, Oliver Dowden, afirmó que si las empresas de Silicon Valley no imponen limitaciones más estrictas al «abuso racista», el Reino Unido buscará regularlas por medio de la institución de radiodifusión del país, la Office of Communications (Ofcom).
Si plataformas de redes sociales como Facebook o Twitter no enfrenten a los «trolls racistas» sufrirán multas por miles de millones de libras, advirtió el secretario. Esta medida surge luego de que el futbolista inglés Marcus Rashford dijera que había visto a «la humanidad y las redes sociales en su peor momento» por el abuso en Instagram.
El representante de la cartera de cultura, que se ha reunido con futbolistas, incluido Tyrone Mings de Aston Villa, para discutir el problema, dijo a la radio TalkSport: «Es perfectamente razonable que los jugadores se involucren en las redes sociales. Pero me decían que el precio de eso es abuso racista».
Ante esto, el secretario Dowden prometió que el Gobierno «limpiaría todo el medio ambiente», refiriéndose a las regulaciones contra la Big Tech. Según las leyes previstas, informa el Mail, si las empresas de tecnología no abordan el contenido abusivo, el regulador Ofcom podrá multarlas hasta con un 10 % de la facturación global.
El secretario británico dijo que la medida «haría que sus dueños se sentaran y se dieran cuenta —estamos hablando de miles de millones de libras—». Estas nuevas leyes implican que las Big Tech no solo estarán enfrentando multas por su persecución a ciudadanos comunes que estén ejerciendo su libertad de expresión, sino que también serán multados por no ser lo suficientemente progresistas para el Gobierno británico.
Esto reforzará en el Reino Unido la censura de las Big Tech, que en la mayoría de los casos es ambigua respecto al «discurso de odio». Según esta Ley de Daños en Línea, las empresas de tecnología estarán bajo el deber legal de cuidar a sus usuarios.
Dowden dijo sobre las Big Tech y sus capacidades que estas «necesitan mejorar su juego y no deben permitir que el abuso racista se propague en las plataformas, y si no lo hacen, enfrentarán las consecuencias».
Esta ley, arguye el Mail, «incluso podría tener el poder de imponer sanciones penales a los ejecutivos». Pero el secretario Dowden dijo: «No quiero usar ese poder. Si creemos que la otra gama de medidas que estamos tomando no son lo suficientemente efectivas, nos reservamos el derecho a imponer sanciones penales».
No obstante, un caso reciente en el Reino Unido demuestra que el Gobierno británico sí tiene una preferencia racial en el trato de los crímenes que ocurren en el país, parcializándose en detrimento de los ciudadanos blancos. En Rochdale, Greater Manchester, un joven al que le fue cortada una mano, y tres de sus amigos fueron abusados por una turba. Además, el grupo que cometió el crimen llamó a las víctimas «blancos bastardos» que estaban en su «país» tampoco fue tratado como racialmente motivado.
En un contraste marcado, Polonia y Hungría han buscado asegurar la libertad de expresión de sus ciudadanos frente a la Big Tech. Por el lado de Polonia, el Gobierno presentó un proyecto de ley que apunta a la defensa de la libertad de expresión en redes sociales. El proyecto llamado «ley para la libertad de expresar sus opiniones y obtener y difundir información en Internet» dará piso legal para que los usuarios puedan apelar a medidas de censura como el baneo o eliminaciones de contenido por parte de las Big Tech.
Rafael Valera, Venezuelan, student of Political Science, political exile in São Paulo, Brazil since 2017 // Rafael Valera, venezolano, es estudiante de Ciencias Políticas y exiliado político en São Paulo, Brasil desde 2017