fbpx
Saltar al contenido

Movimiento woke está ahogando lentamente a la Reserva Federal

Wokeness Is Slowly Hollowing Out the Fed, EFE

Read in English

Por EJ Antoni*

¿Te preguntas por qué hoy en día comprar en el supermercado es como pagar la hipoteca? La inflación de esta semana, la más alta de las últimas cuatro décadas, es el resultado directo de que la Reserva Federal se haya desviado de su objetivo en los dos últimos años. En lugar de centrarse en su misión de mantener los precios estables, ha estado más preocupada por financiar los enormes déficits federales y doblegarse ante la ideología liberal.

Pero ahora el presidente de la Reserva Federal afirma justo lo contrario.

El presidente Jerome Powell dijo recientemente en Estocolmo que la Reserva Federal debe evitar la política para mantener su independencia, lo cual es absolutamente cierto. Pero es lo contrario de lo que ha hecho la Fed bajo la presidencia de Joe Biden.

Powell y otros miembros de la Reserva Federal han expresado sistemáticamente su opinión sobre el cambio climático, la diversidad, la equidad y otros temas de debate de la izquierda, al tiempo que calificaban la inflación de transitoria. Powell abrió la caja de Pandora en cuanto puso en peligro la independencia de la Fed con estos argumentos políticos.

El reciente cambio de tono de Powell habría sido bien recibido si no escondiera una retórica hueca. El presidente de la Reserva Federal dijo con razón: “Sin una legislación explícita del Congreso, sería inapropiado que utilizáramos nuestras herramientas de política monetaria o de supervisión para promover una economía más verde o para lograr otros objetivos basados en el clima”. Y prosiguió: “No somos ni seremos ‘formuladores de políticas climáticas'”.

Sin embargo, eso es precisamente lo que está ocurriendo en la Fed, que ha propuesto una nueva norma relacionada con las pruebas de resistencia de los bancos. Esa norma penalizaría la energía nacional americana fiable a la vez que subvencionaría proyectos de energía “verde” como la solar y la eólica.

Parte de la función reguladora de la Reserva Federal consiste en comprobar los riesgos sistémicos que las instituciones financieras individuales plantean al conjunto del mercado. Esta función se considera necesaria debido a la naturaleza interconectada y enrevesada de las finanzas modernas. Se supone que estas pruebas de resistencia evalúan la probabilidad de que un activo valga lo que se espera de él y las consecuencias de que no valga lo que se espera de él.

Por ejemplo, si una empresa tiene grandes inversiones en bonos basura, que tienen un alto riesgo de impago, y los pagos de cupones, o los ingresos futuros de esos bonos, han sido pignorados por la empresa como garantía para inversiones apalancadas, esa empresa se encuentra en una posición relativamente arriesgada. Además, puede plantear riesgos a otras empresas financieras, ya sea invirtiendo directamente unas empresas en otras o creando problemas sistémicos.

Cualquier cosa que provoque una crisis de liquidez en todo el sistema corre el riesgo de crear una huida hacia la liquidez, en la que los inversores se deshacen de las participaciones no líquidas a cambio de efectivo. Esto crea simultáneamente una escasez de efectivo y devalúa los activos no líquidos. Las empresas apalancadas que dependen del valor de esos activos también podrían verse en peligro, y el problema se extendería.

Así, una sola ficha de dominó puede provocar la caída de muchas otras.

Pero la norma reguladora del cambio climático propuesta por la Reserva Federal considerará esencialmente que las inversiones “verdes” son más seguras que su posición financiera real, mientras que las fuentes de energía convencionales y fiables tendrán una prima de riesgo. Esto incentiva la inversión en energía eólica y solar, generando un subsidio, mientras penaliza la inversión en carbón, petróleo y gas natural.

El efecto sistémico es mucho más insidioso y aterrador. Las inversiones “verdes” arriesgadas se utilizarán para compensar otras inversiones arriesgadas en la cartera de una empresa. En otras palabras, lo que debería considerarse una posición doblemente arriesgada será vista por los reguladores como equilibrada.

Es como decir que beber y conducir no entraña ningún riesgo, siempre que también se conduzca con exceso de velocidad.

La Reserva Federal está traicionando su función reguladora, sentando las bases del mismo tipo de crisis que en teoría debe prevenir. Por eso yo, y muchos otros, estamos respondiendo a la solicitud de la Fed de observaciones regulatorias sobre su propuesta.

Si los reguladores no pueden hacer frente a las graves consecuencias de estas normativas imprudentes, es posible que se impida su aplicación.

Por el bien de la República, la gente debe rechazar la agenda woke de la izquierda radical. Esto es especialmente cierto en el caso de la Reserva Federal, una institución cuya naturaleza apolítica debería ser sacrosanta, contrariamente al objetivo de la administración Biden de utilizar todos los aspectos del Gobierno para imponer su voluntad a los americanos.

El funcionamiento interno de la Reserva Federal es un misterio para casi todo el mundo, del mismo modo que el Mago de Oz lo era para Dorothy.

Y mientras la Reserva Federal se moviliza para regular la inversión en energía mientras Powell dice lo contrario, nos recuerda al “mago” diciéndole a Dorothy: “¡No hagas caso a ese hombre detrás de la cortina!”.


*EJ es investigador de Economía Regional en el Centro de Análisis de Datos de The Heritage Foundation.

Este artículo forma parte de un acuerdo entre El American y The Heritage Foundation.

Total
0
Share