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El sistema descentralizado en Estados Unidos tiene una ventaja infravalorada: si un estado, demócrata o republicano, está haciendo las cosas mal, los ciudadanos y residentes americanos tienen la oportunidad de migrar internamente a un lugar más seguro, donde haya mejores o más oportunidades de trabajo, donde el sistema educativo se adecue más a lo que quieren los padres, o en definitiva, un lugar más libre y donde se estén haciendo las cosas bien.
Es lo que viene pasando con New York y Florida, o California y Texas, donde trabajadores, compañías y millonarios están tomando las maletas para dejar los históricos estados azules demócratas para llegar a los actuales rojos republicanos.
Los impuestos bajos, los derechos individuales, las menos asfixiantes regulaciones estatales y la seguridad, son algunas de las razones para que la gente se mude de New York a Florida y de California a Texas respectivamente.
Además de la economía y la seguridad, existe otro puñado de razones que pueden explicar el fenómeno de migración interna. Existe una premisa económica y social básica en las últimas décadas: a mayor índice de libertad, mayor es la calidad de vida; por eso los inversores tienen mucho en cuenta el famoso índice de la Heritage Foundation, donde se hace un ranking de libertad anual teniendo en cuenta una serie de parámetros como seguridad jurídica, regulaciones, cargas impositivas, entre otras.
En 2018, el Cato Institute lanzó un estudio donde detalló, punto por punto, cuáles son los estados con mayor y menor libertad en toda la unión. Hasta la fecha, algunos de estos todavía guardan sus lugares de prestigio y otros, en cambio, se mantienen en lo más bajo.
De Florida a Nevada, los 5 estados más libres en Estados Unidos
De acuerdo con el estudio del Cato, Florida es el estado más libre de todo Estados Unidos. «Al carecer de un impuesto sobre la renta individual y contar con un clima cálido, Florida ha disfrutado durante mucho tiempo de una importante migración de jubilados acomodados. Pero, como hemos señalado en el pasado, el estado atrae a algo más que personas mayores, ya que otros votan con sus pies por el buen clima y las mayores oportunidades que ofrece la sociedad más libre de Florida», dice el análisis del instituto.
«Florida sale especialmente bien parada en libertad económica, sobre todo en política fiscal. De hecho, es el mejor estado en ambos aspectos. La política reguladora ha mejorado, pero es mediocre en comparación con la parte fiscal. La libertad personal de Florida ha quedado rezagada en el pasado; sin embargo, ha mejorado mucho en los últimos dos años».
En segundo lugar, irrumpe New Hampshire, un estado mucho más pequeño que Florida, pero que ofrece muchos beneficios para sus habitantes; aunque esto no mejoró lo suficiente para seguir en el primer lugar entre los estados más libres.
«A pesar de las grandes mejoras de los últimos años, Nuevo Hampshire —el segundo estado más libre — ha sido superado por Florida. En un pasado más lejano, New Hampshire tenía una enorme ventaja sobre el resto del país en materia de política fiscal, una ventaja que se disipó entre 2000 y 2008 debido a los grandes aumentos de los impuestos locales sobre la propiedad, que a su vez fueron impulsados por el crecimiento del gasto en educación», dice el análisis del Cato.
Según el instituto, «El gobierno estatal de New Hampshire grava menos que cualquier otro estado, excepto Alaska» y «es un estado muy descentralizado fiscalmente». Sin embargo, tiene muchas cosas por mejorar.
En cuanto a regulaciones, el Estado del Granito es uno de los cuatro peores estados de toda la Unión en lo que se refiere «a restricciones a la construcción de viviendas». Una de las recomendaciones del Cato para mejorar en cuanto a libertades es, justamente, «Revisar las ordenanzas locales de zonificación y eliminar las que aumentan el precio de las nuevas viviendas más allá de lo necesario para pagar el coste de las nuevas infraestructuras».
En tercer, cuarto y quinto lugar aparecen Indiana, Colorado y Nevada respectivamente. Cato destaca de Indiana que se convirtió en uno de los estados más libres sin tener tanta fama; siendo el «más libre de la región de los Grandes Lagos, con un amplio margen».
«Los habitantes de Indiana obtienen las mejores puntuaciones en las tres dimensiones de la libertad, siendo la política reguladora un área particular de excelencia», dice el análisis.
Sobre Colorado, uno de los estados más libres por excelencia en Cato, se destaca su “ausencia de amiguismo”, pero se crítica la «política reguladora en su conjunto».
«Obtiene su mejor clasificación en nuestro índice de amiguismo debido a su sistema de licencias profesionales relativamente abierto, que incluye un amplio ámbito de práctica para los profesionales de la salud y la ausencia de una ley de certificado de necesidad para los hospitales», dice el análisis.
Por último, Nevada goza de una amplia libertad personal, pero la gran recesión afectó mucho a su economía y «perjudicó enormemente la posición fiscal» de este estado según el análisis del instituto.
Los estados menos libres
La libertad es valorada de diferentes formas en el ranking de Cato. Se evalúa desde la libertad personal hasta la fiscal, pasando por algunos derechos individuales que son considerados importantes en el ranking, como el libre porte de armas, hasta las regulaciones estatales.
Los estados menos libres de la unión son, en definitiva, aquellos que tienes regímenes fiscales más inflexibles, mayores regulaciones para construir viviendas, abrir negocios o tener empresas; y que tiene menos garantías o restricciones a los derechos individuales.
Según Cato, el estado menos libre de Estados Unidos es New York, habitualmente administrado por demócratas tanto en su ciudad capital, como en casi todos sus distritos.
«La libertad económica es la debilidad más significativa», dice Cato, «pero el estado tampoco ha estado a la altura del resto del país en materia de libertad personal», remarca.
«New York también es el peor estado en cuanto a política regulatoria, aunque en este caso está al menos a distancia del número 49. La libertad de uso del suelo es muy baja, principalmente por la ley de control de alquileres, económicamente devastadora, de la ciudad de New York. La zonificación local es en realidad bastante moderada en comparación con los estados circundantes que no se llaman “Pensilvania”», especifica el análisis del instituto.
No menos importante que las regulaciones o la situación fiscal, son los derechos individuales de cada ciudadano. Por ejemplo: «El derecho a las armas está rodeado de todo tipo de restricciones, pero es posible, con cierto esfuerzo, obtener una licencia de porte oculto en algunas partes del estado».
Por debajo de New York, está Hawaii. A pesar de sus «enormes rentas de localización, Hawái ha experimentado una salida neta de residentes hacia el resto de Estados Unidos desde al menos principios de la década pasada», explica el estudio. «La política fiscal de Hawái es decididamente de impuestos y gastos. Los impuestos a nivel estatal aumentaron de un ya elevado 8,3 % de los ingresos personales en el año fiscal 2009 al 9,8 % en el año fiscal 2017».
Luego irrumpe California, uno de los estados más progresistas junto a New York de todo el país. Su principal problema viene con el entramado económico y que es uno de los estados más “amiguistas” del país. Además, en cuanto a libertad personal, es uno de los “más mediocres” de la unión.
«La política reguladora es incluso más problemática para el estado que la política fiscal. California es uno de los peores estados en cuanto a libertad de uso del suelo», dice el informe.
«Algunas ciudades tienen control de alquileres, la oferta de nuevas viviendas está muy restringida en las zonas costeras a pesar de la gran demanda, y la reforma del dominio eminente ha sido nugatoria. El estado incluso obliga a proteger la palabra en los centros comerciales de propiedad privada. La legislación laboral es contraria al empleo, sin ley de derecho al trabajo, con elevados salarios mínimos, estrictos mandatos de compensación a los trabajadores, seguro obligatorio de incapacidad a corto plazo, ley antidiscriminación más estricta que la federal y prohibición de acuerdos consensuados de no competencia».
Por último, los otros dos estados que completan el “not-top five” de los estados libres son Vermont y New Jersey; ambos con problemas similares en cuanto a sus políticas fiscales, regulatorias y libertades personales. Sin embargo, el primero, por ejemplo, mejora a los otros estados menos libres en cuanto al derecho de armas; siendo el segundo más libre de toda la unión.
New Jersey, por su parte, fue durante mucho tiempo un paraíso fiscal que albergaba a los ricos que dejaban New York, «pero en la última década ha estado entre los cinco últimos estados en cuanto a libertad económica».
Hoy, pese a seguir siendo mucho más libre que New York en cuanto a libertades económicas y siendo un régimen fiscal más flexible, Florida capta más neoyorquinos descontentos que la propia New Jersey; lo que deja en evidencia la incapacidad de capitalizar una oportunidad migratoria importante.
¿Es buen parámetro el estudio?
Algunos se preguntarán: ¿no es 2018 un año muy lejano para analizar cuáles son los estados más libres actualmente? Ciertamente, en 3 años pueden ocurrir muchas cosas; como una pandemia o una crisis económica que obliguen a los estados a intervenir más o menos en sus jurisdicciones. No obstante, páginas como World Population Review utiliza el ranking de Cato para explicar, en 2021, cuáles son los estados más libres de la unión.
Este ranking permite, en definitiva, saber cómo actúan las autoridades de cada estado al momento de resolver problemas. Por ejemplo, la pandemia mostró las grandes diferencias entre New York y Florida, sin ir tan lejos. Por lo que el ranking de Cato sigue siendo un parámetro solido para evaluar y comparar las libertades entre estados.
Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.
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