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Lamentablemente, los eventos del 6 de enero han cambiado la estrategia del DNC para ganar elecciones: empañar a todo un partido político y bloquear al expresidente Trump para que no vuelva a postularse al cargo y, en última instancia, lo priva a usted, el pueblo americano, de su derecho constitucionalmente protegido de votar en elecciones.
El llamado Comité “bipartidista” del 6 de enero está formado por republicanos anti-Trump y funcionarios demócratas (que, por supuesto, nunca apoyarían a un presidente republicano). En su noche de debut, este programa altamente preparado, producido por un ejecutivo de televisión, inundó las noticias por cable con mentiras y fragmentos políticos, todo patrocinado por los dólares de los impuestos que tanto le costó ganar al pueblo.
¿De qué se trata realmente todo esto?
El American ha dejado claro que aquellos que agredieron a los policías, violaron la ley y entraron maliciosamente al Capitolio de nuestra nación deben ser procesados. Sin embargo, eso no significa que todas las personas que se unieron a la protesta del 6 de enero se involucraron en una conducta delictiva y que el Partido Republicano y aquellos que aún apoyan a Trump sean personas inmorales. Este comité no es más que un completo esfuerzo para empañar toda una ola de patriotas y conservadores amantes de Estados Unidos.
Comenzó con Russia Collusion/Hacking Hoax y ambos juicios políticos, dejándonos con esta nueva variante del síndrome de trastorno de Trump llamada 6 de enero. Estas personas conocen el peligro que Trump representa para su statu quo. Por esa razón, siempre intentarán derribarlo a él y a cualquiera que incluso apoye al trumpismo. Cheney lo dejó claro cuando amenazó a sus colegas republicanos diciendo: “Llegará un día en que Donald Trump se haya ido, pero su deshonra permanecerá”.
Exponiendo la hipocresía de los demócratas
Si estos funcionarios realmente se preocuparon por evitar la certificación de nuestro colegio electoral, ¿cuándo iniciarán las audiencias y enjuiciarán a los demócratas, en particular al Congresional Black Caucus, que en 2001 lanzó un esfuerzo para bloquear la certificación de los 25 votantes electorales de Florida para el entonces presidente electo George Bush? ¿No me cree? Vea The New York Times del 7 de enero de 2001: “A pesar de algunas objeciones, el Congreso certifica el voto electoral”.
¿Qué tal en 2005, cuando los demócratas, una vez más, “presentaron un desafío formal a los votantes electorales de Ohio” citando “irregularidades en las votaciones” en ese estado? Aquí esta el Times del 7 de enero de 2005: “El Congreso ratifica la victoria de Bush después del desafío”. Regresaron en el 2017, cuando Trump fue electo. Una vez más, lean el Times del 6 de enero de 2021: “‘Se acabó’: los esfuerzos de los demócratas para negar la Presidencia de Trump fracasan“.
Este artículo apareció originalmente el 10 de junio de 2022 en el newsletter de El American. ¡Suscríbete gratis aquí!
Luis Cornelio is the English Editor-in-Chief at El American. After graduating cum laude from the Colin Powell School for Civil and Global Leadership, he went on to intern at the Heritage Foundation. Most recently he served on President Donald Trump's re-election campaign, writing research articles on topics including law and order, immigration, and the Supreme Court. He also currently works as the Director of Communications for Got Freedom and researcher for the election integrity watchdog Amistad Project. A Dominican-American, he was granted U.S. citizenship in February 2020.
// Luis Cornelio es el English Editor-in-Chief de El American. Después de graduarse cum laude de la Escuela Colin Powell de Liderazgo Civil y Global, pasó a ser pasante de la Heritage Foundation. Recientemente, participó en la campaña de reelección del presidente Donald Trump escribiendo artículos de investigación sobre temas como la ley y el orden, la inmigración y la Corte Suprema. Actualmente trabaja como director de Comunicaciones de Got Freedom y es investigador para el grupo de integridad electoral, el Amistad Project. Un dominicano-americano, se le otorgó la ciudadanía americana en febrero de 2020.