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Por Joseph Casieri
La América conservadora estalló de júbilo hace unos días cuando el multimillonario y magnate de los negocios Elon Musk compró Twitter por una cifra que, según se informa, asciende a 44.000 millones de dólares. Los defensores de la libertad de expresión están entusiasmados ante la perspectiva de una menor censura en sus plataformas de medios sociales favoritas. Y, sí, puede que veamos cuentas como @TheBabylonBee y @realDonaldTrump de vuelta en la plataforma.
A corto plazo, esto será bueno para la agenda conservadora. La gente podrá compartir historias sobre la laptop de Hunter Biden, y puede que veamos algo de la corrupción que ha estado ocurriendo detrás de escena en la sede de Twitter. El ciclo de noticias pronto estará lleno de toda esa gran información. Puede que incluso se produzca un despertar conservador en el país, y que el péndulo político se incline hacia la derecha en las elecciones de mitad de mandato.
La paradoja conservadora de Elon Musk
Por desgracia, esto no es lo que Estados Unidos debería ser. Nunca se debería haber permitido a los ricos tomar el poder de la palabra en sus manos. No deberíamos estar celebrando el hecho de que el “buen multimillonario” vaya a permitirnos ahora tener nuestra libertad. Thomas Jefferson escribió: “Sostenemos que estas verdades son evidentes, que todos los hombres son creados iguales, que son dotados por su Creador con ciertos Derechos inalienables”.
Ahora parece que los ricos son los que dan los derechos. Si un rico puede darte tu libertad, otro puede quitártela. Esta semana hemos conseguido un poco más de permiso, pero eso no es lo mismo que la libertad. La libertad no necesita permiso.
Estados Unidos está en un lugar peligroso. Aunque Musk sea un hombre virtuoso, América fue diseñada para no depender de la virtud de nuestros líderes, sino de la determinación de nuestro pueblo. Nunca pensé que vería el día en que los líderes conservadores se complacieran tanto en la consolidación del poder en manos de unos pocos hombres ricos.
Lecciones de la historia
La historia nos ha demostrado que los imperios suben y bajan por los caprichos de líderes imprevisibles. La antigua Roma vivió su Edad de Oro bajo el reinado del sabio líder César Augusto. Trajo un excedente de bienes, bellas artes y la expansión del imperio. La vida era buena porque el dictador era bueno.
Más tarde, Roma vivió una gran época de oscuridad bajo las acciones psicóticas del emperador Nerón. Se dice que quemó la mitad de Roma en un arrebato y procedió a culpar a los cristianos y a castigarlos por centenas, echándolos como comida a los leones en el Coliseo.
Se supone que el mundo moderno ha superado este sistema arcaico de dictadura y ha entrado en la era de la separación de poderes. Tal vez sea la simplicidad de todo esto lo que llena a los conservadores de esta tonta euforia. El poder ha pasado de las manos de un hombre malo a las de un hombre bueno. Esa idea es fácil de entender y entusiasma a la gente. Pero nosotros, como verdaderos conservadores, deberíamos pensar más profundamente. No nos equivoquemos, sólo estamos en el ojo de la tormenta que se llevará nuestra libertad.
Los conservadores, en lugar de bailar, deben considerar las opciones para resolver este problema mientras tengamos libertad de expresión para hacerlo.
La Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki ha declarado que: “El presidente lleva mucho tiempo preocupado por el poder de las grandes plataformas de medios sociales, el poder que tienen sobre nuestras vidas cotidianas, lleva mucho tiempo argumentando que las plataformas tecnológicas deben rendir cuentas por los daños que causan. Ha sido un firme partidario de las reformas fundamentales para lograr ese objetivo, incluidas las reformas de la sección 230, la promulgación de reformas antimonopolio”.
Hacer cumplir las leyes antimonopolio de Estados Unidos
No se me escapa que sólo dicen esto ahora porque Elon Musk está al mando. Los líderes republicanos llevan mucho tiempo pidiendo acabar con las grandes corporaciones, pero los liberales se oponían porque sus aliados ideológicos dirigían estas plataformas; pues bien, ¡ya no! De repente, quieren acabar con esta terrible tendencia. Que lo hagan. Ahora es el momento de encontrar apoyo bipartidista para promulgar nuestras leyes antimonopolio.
Meta (Facebook), Amazon y Twitter pueden ser puestos en su lugar, ¡por fin! Ted Cruz una vez se anotó puntos políticos cuando llamó al entonces CEO de Twitter, Jack Dorsey, en una audiencia del Senado en 2020, diciendo: “Señor Dorsey, ¿quién diablos lo eligió y lo puso a cargo de lo que los medios de comunicación están autorizados a informar y lo que el pueblo americano está autorizado a escuchar?” Ese punto sigue vigente hoy en día. El problema no es lo que Dorsey hizo con su poder. La cuestión es que ninguna persona debería tener ese poder, independientemente de quién sea.
Los líderes conservadores en el Congreso no pueden olvidar sus principios a la luz de este nuevo poder. Romper estas empresas sobredimensionadas sigue siendo una buena idea, incluso si nos gusta el nuevo propietario.
Joseph Casieri es representante de The Campus Leadership Project. También ha trabajado como organizador de campo para el Partido Republicano de Georgia. Anteriormente, mientras estudiaba Ciencias Políticas, hizo una pasantía como investigador para el Departamento de Seguridad Nacional y Política Exterior de The Heritage Foundation.
