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El martes 16 de agosto, el presidente Joe Biden firmó la ley de impuestos y cambio climático, llamada por su partido Ley de Reducción de la Inflación. La legislación busca llevar recursos para el sector de las energías renovables, disminuir los precios de las drogas de prescripción e imponer nuevos impuestos a las empresas en Estados Unidos.
La legislación es celebrada por la administración Biden como un triunfo político en medio de una persistente caída en la popularidad de su Gobierno.
La ley de impuestos y cambio climático no reducirá la inflación
Con la aprobación de la ley de impuestos y cambio climático, el precio de algunos medicamentos por prescripción, como la insulina, serán directamente negocias a través de Medicare, lo que haría que disminuyan, debido a que el Gobierno tiene la capacidad para negociar un menor precio con las farmacéuticas.
Adicionalmente, hay un paquete de incentivos tributarios para las compañías que inviertan en energías renovables, principalmente de fuentes eólicas o solares.
Para incentivar la compra de vehículos eléctricos, la ley contempla un crédito tributario de $7,500 adicional al ya existente. Sin embargo, la aprobación de la ley ha tenido un efecto no deseado y algunos fabricantes de autos han comenzado a subir los precios de sus modelos.
Aunque la legislación apunta a disminuir los costos de la energía, esto podría tomar años antes de que se materialice en una reducción en los precios.
El modelo de presupuesto de la U-Penn estima que la reducción de la inflación en el corto y mediano plazo será prácticamente cero por parte de la Ley de Reducción de Inflación.
De hecho, esta ley podría ocasionar una nueva alza en el precio de los electrodomésticos, cuya compra busca subsidiar con el pretexto de que los americanos adquieran aparatos eléctricos con un consumo más eficaz de energía.
Aunque los demócratas buscan recuperar votos para las elecciones de medio término, tendrán un difícil tiempo explicándoles a sus votantes cómo esta ley disminuye realmente el costo de vida.
Más impuestos
Esta ley también crea un impuesto corporativo mínimo del 15 %, así como un impuesto del 1 % sobre las recompras de acciones por parte de las compañías.
El presidente Biden y el Partido Demócrata han asegurado que esta legislación solo afectará a los americanos más ricos, sin embargo, el último análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) ha encontrado que la clase media americana podría terminar pagando hasta $20,000 millones adicionales en impuestos producto de la nueva ley de impuestos y cambio climático.
El Servicio Interno de Impuestos (IRS) será el departamento del Gobierno más beneficiado, pues se le destinarán más de $80,000 millones para recaudar más de 87,000 agentes adicionales, quienes deberán velar por el recaudo de impuestos sobre las empresas y los americanos.
Estos $80,000 millones adicionales para el IRS se otorgan con el propósito de lograr tributar el ingreso no reportado de los ciudadanos, lo que tendrá un especial impacto en los pequeños negocios y en las personas naturales.
Aunque los demócratas no están dispuestos admitirlo, el incremento en del aparato fiscalizador del Gobierno llevará a que los ciudadanos paguen más impuestos.
La propia secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha admitido que la expansión del IRS podría llevar a un aumento en los impuestos pagados por la clase media, como lo advierte en una carta al Comisionado del IRS, Charles P. Rettig:
“cualquier recurso adicional… no se utilizará para aumentar la participación de pequeñas empresas u hogares por debajo del umbral de $400,000 que se auditan en relación con los niveles históricos”.
Con la aprobación de la Ley de Reducción de Inflación los demócratas proclaman una victoria en el Congreso, mientras que los americanos quedarán amarrados con una ley que no reduce la inflación, pero sí aumenta los impuestos.
Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica