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Los 5 mayores errores de Estados Unidos en Afganistán

mayores errores de Estados Unidos, El American

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Estados Unidos ha caído en desgracia con la traición de Afganistán. La capitulación ante una banda de malhechores bárbaros, el abandono de ciudadanos americanos, de aliados afganos, incluso de animales de confianza al servicio de Estados Unidos, perseguirá a este gran país. 

Después de derrocar al mismo régimen que ahora ha derribado Estados Unidos en Afganistán y de 20 años de ocupación, inversión y pérdida de vidas de americanos, afganos y aliados de la OTAN, la pregunta es: ¿qué salió mal? He aquí los 5 mayores errores de Estados Unidos en Afganistán.

1. La centralización del poder 

Afganistán sigue siendo, en gran medida, una sociedad premoderna. Es hobbesiana. Antropológicamente tribal hasta el día de hoy, extiende la legitimidad al liderazgo autoritario que lo mantiene seguro. Es completamente multiétnico, multicultural y multilingüe. Aunque los afganos comparten en el Islam una religión común, el tribalismo y sus antecedentes históricos, étnicos y culturales moldean la forma de su práctica. 

Estados Unidos trató de ayudar a construir un Estado afgano libre en el que el poder político gravitara hacia el Gobierno central. Kabul, por muy importante que sea, era el epicentro del control. Esto no fue una buena idea. En una sociedad premoderna y tribal, con más de 18 etnias diversas muy dispersas por las diferentes regiones, un sistema con una mayor distribución del poder político a lo largo de las líneas de gobierno local, habría sido más apropiado para Afganistán. 

2. La guerra de los talibanes contra el gobierno afgano y Estados Unidos fue geopolítica, no local

Estados Unidos ignoró la historia mundial política y militar básica. No aplicó los principios empleados durante la Guerra Fría contra el comunismo soviético. Al tratar los esfuerzos del islamismo radical por derrocar al imperfecto, pero legítimo, Gobierno afgano como una empresa aislada de los talibanes, Estados Unidos se equivocó gravemente. Los talibanes, un grupo terrorista de composición étnica totalmente pastún, no son representativos de la sociedad afgana. En comparación con los demás grupos étnicos combinados, serían una minoría. Además, los talibanes son una importación extranjera. 

Pakistán creó a los talibanes. Hay más pastunes en Pakistán que en Afganistán, por un margen de al menos dos a uno. Los pastunes son la segunda etnia más grande de Pakistán. El Ejército pakistaní inventó, reclutó, entrenó y ha financiado a los talibanes desde la década de 1990. No debería sorprender a nadie que Osama bin Laden se escondiera en Abbottabad, Pakistán, antes de que la justicia lo alcanzara. El recinto secreto del líder de Al Qaeda estaba a una milla de la Academia Militar de Pakistán en Kakul. 

La relación entre Pakistán y los talibanes está íntimamente entrelazada. Desde que los fundamentalistas islámicos pastunes comenzaron a librar su guerra para recuperar el poder en Afganistán, Pakistán ha sido el facilitador, tanto financiera como logísticamente. El enfoque de Estados Unidos y del Gobierno afgano ha sido concentrarse, exclusivamente, en los talibanes otros terroristas islámicos activos. Los Estados Unidos, sin embargo, no se ha enfrentado al culpable principal, Pakistán.

Desde 2009, según la Embajada americana en Pakistán, Estados Unidos ha dado más de 5,000 millones de dólares en asistencia civil y más de 1,000 millones de dólares en ayuda humanitaria de emergencia al segundo país musulmán más poblado del mundo (Pakistán). Estados Unidos, durante el año fiscal 2019-2020 de Pakistán, siguió siendo el principal donante de ayuda presupuestaria basada en subvenciones. ¿Cómo puede Estados Unidos tolerar que el régimen pakistaní facilite el asesinato de soldados americanos y afganos y el intento de derribar (ya consumado) el Estado legítimo de Afganistán? 

El hecho de que Estados Unidos no haya abordado la cuestión directamente con Pakistán por su apoyo a los talibanes y otros grupos islámicos y su injerencia en los asuntos de Afganistán, es una grave negligencia. China, que es el financiador de Pakistán, también debería haber sido confrontada. Los talibanes son meros peones en una partida de ajedrez geopolítico mayor. ¿Por qué Estados Unidos no abordó este asunto, de frente, con los verdaderos responsables? Pakistán y China.

3. El Gobierno afgano debería haber sido incluido en los “acuerdos de paz” de 2020

Cuando Estados Unidos negoció y firmó los términos de la retirada de sus tropas de Afganistán en 2020, trató exclusivamente con los talibanes. El Gobierno de Afganistán no fue parte de las negociaciones, ni de la firma del acuerdo. Esto fue insensible y un insulto al mismo Gobierno que Estados Unidos ayudó a poner en marcha. Aunque toda la premisa de negociar la “paz” con un grupo de matones radicales es aborrecible e ingenua, este gran error de la administración Trump solo se vio agravado por la exclusión del Gobierno afgano. Esta acción superficial solo sirvió para deslegitimar y debilitar al Gobierno afgano.

4. Apoyo aéreo y necesidad de la Base Aérea de Bagram

Con la experiencia de Vietnam como referencia, Estados Unidos debería haber mitigado las condiciones para que la retirada de las tropas americanas no obstaculizara la durabilidad del Gobierno afgano. Debería haber proporcionado apoyo aéreo a las fuerzas afganas que estuvieran dispuestas a desafiar la toma de posesión de los talibanes. A medida que una ciudad tras otra caía en manos de los fundamentalistas, una empresa militar de los talibanes que violaba el acuerdo de “paz”, Estados Unidos estaba en su derecho y capacidad de golpear al enemigo y ayudar al aliado.

La Base Aérea de Bagram nunca debió ser abandonada hasta que el último americano y colaborador afgano abandonara el país. Todas las guerras modernas se ganan por quien controla los cielos. Estados Unidos tenía el monopolio del uso del poder aéreo en Afganistán. Con la facilidad de un armamento muy avanzado tecnológicamente, los talibanes podrían haber recibido duros golpes por violar el acuerdo y perseguir sus objetivos totalitarios. Esto habría servido para envalentonar al Ejército de Afganistán para que defendiera su país.     

Una presencia militar americana continuada, pero limitada, habría ayudado a nuestro aliado. El poder aéreo de Estados Unidos, mediante drones y bombardeos de la Fuerza Aérea, si fuera necesario, habría enviado el mensaje de que Estados Unidos no huye y abandona a un amigo. El abandono de la Base Aérea de Bagram, junto con 85,000 millones de dólares en bienes militares, era todo lo que los talibanes necesitaban para saber que los Estados Unidos de Biden-Harris se retiraría a cualquier precio.

5. Una retirada indigna y una gran traición

La administración Biden-Harris y la dirección del Partido Demócrata son culpables de abandono del deber. El fondo de la retirada fue deshonroso y resultará costoso. La administración Biden-Harris ha traicionado a todos los héroes caídos de las Fuerzas Armadas americanas, de la OTAN y afganas, a los contratistas y a la policía nacional. Han abandonado a ciudadanos americanos y a colaboradores afganos. Ha ocurrido lo inimaginable. La actual cúpula militar, así como el secretario de Defensa y de Estado, son todos aspirantes potenciales a procesos judiciales. Estados Unidos está hoy dirigido por sediciosos. Todo esto tendrá un precio. 

Julio M Shiling, political scientist, writer, director of Patria de Martí and The Cuban American Voice, lecturer and media commentator. A native of Cuba, he currently lives in the United States. Twitter: @JulioMShiling // Julio es politólogo, escritor, director de Patria de Martí y The Cuban American Voice. Conferenciante y comentarista en los medios. Natural de Cuba, vive actualmente en EE UU.

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