fbpx
Saltar al contenido

Guía práctica: Los 5 pilares de la inteligencia emocional

Existen distintas habilidades relacionadas con la inteligencia emocional

Normalmente, desde muy pequeños, se nos enseña que la inteligencia está ligada solo al conocimiento, sin embargo, para afrontar problemas de la vida cotidiana están en juego las inteligencias múltiples que sirven de ayuda en determinadas ocasiones. 

Esto fue expuesto por el psicólogo Howard Gardner, en 1983, quien planteó varios tipos de inteligencia. Él consideró que los test de inteligencia o de cociente intelectual eran insuficientes para lograr una apreciación real, debido a que la inteligencia se basa en potenciales y no a una escala que se pueda cuantificar.

La inteligencia lógico-matemática, la lingüístico-verbal, la visual-espacial, la interpersonal, la intrapersonal, la musical, la creativa, la colaborativa, la existencial, la corporal-kinestésica y la naturalista, las detalló en su teoría de las inteligencias múltiples donde todas forman parte de nuestro coeficiente intelectual. 

Sin embargo, existe un tipo de inteligencia, llamada inteligencia emocional, que proporciona herramientas que ayudan en un proceso de razonamiento y adecuado desarrollo personal, ¡aquí te la vamos a explicar!

¿Qué es la inteligencia emocional?

El concepto de inteligencia emocional destaca un conjunto de habilidades propias de una persona, donde se encuentra la empatía, la motivación, el autocontrol, el entusiasmo y el manejo de las emociones. Tiene impacto, tanto en la manera de socializar como en las estrategias de adaptación a nuestro entorno. 

Es decir, se trata de aprender a manejar nuestros estados emocionales y ser consciente de esto; sobre todo cuando se está sometido a diferentes estímulos y poder reaccionar de una mejor manera.

Para Daniel Goleman, psicólogo estadounidense reconocido a nivel mundial por su teoría de la inteligencia emocional, expone que esta consiste en la capacidad de reconocer sentimientos propios y ajenos, así como de motivarnos y de saber manejar adecuadamente las relaciones.

Asimismo, para Peter Salovey y John Mayer, dos psicólogos expertos en la inteligencia emocional, esta capacidad se encuentra integrada por un sistema de actitudes y habilidades. Este comprende niveles de la esfera personal, como el nivel de percepción, la comunicación interpersonal, el enfrentamiento al estrés y a la comprensión, y percepción emocional.

Es por esto que la inteligencia emocional ayuda a superar actitudes, creencias, hábitos y emociones negativas que nos condicionan y nos impiden explotar todo nuestro potencial. Además, permite construir relaciones interpersonales sólidas, favorece la toma de decisiones asertivas y ayuda a hacer frente a situaciones difíciles.

Importancia de este tipo de inteligencia en un equipo de trabajo

La inteligencia emocional es una competencia muy demandada hoy en día, sobre todo para posiciones de liderazgo. Incluso en algunas entrevistas laborales, ciertas empresas ponen a los candidatos en alguna situación de estrés o de incomodidad para evaluar su reacción y su gestión de las emociones.

Con el transcurso de los años, las empresas han notado que una de las claves del éxito comercial, de la venta de sus productos y de sus negociaciones radica, en gran parte, en que sus trabajadores son capaces de reconocer y controlar sus emociones, así como las de sus clientes.

De nada sirve ser el mejor en los estudios académicos y tener alto cociente intelectual, si al momento de la práctica no se tienen destrezas ni habilidades para tratar con los clientes, falta la motivación necesaria para dirigir una empresa, no se sabe controlar impulsos a la hora de negociar o no se tiene la capacidad para adaptarse a distintas situaciones.

Es por esto que las personas con una alta inteligencia emocional son más productivas para distintos puestos de trabajo. Saber gestionar las emociones y contar con automotivación permite desarrollar habilidades que son útiles para evitar conflictos y ayudar a comunicarse mejor con el resto de las personas que conforman el equipo, manteniendo así una buena relación laboral. 

Según un estudio de CapGemini, titulado Emotional Intelligence: The Essential Skillset For The Age Of AI, 74 % de los directivos de empresas y 58 % de los empleados no supervisores creen que la inteligencia emocional se convertirá en una habilidad imprescindible. En la página de Key Findings del estudio puedes encontrar otros datos interesantes para destacar.

Además, con el progreso de la tecnología, cada día hay más tareas que son automatizadas, pero que antes correspondían a trabajos que cumplían las personas en las empresas. Esto resalta aún más la importancia de que los empleados, actualmente, deben poseer destrezas y capacidades para adaptarse a distintas situaciones y adoptar otras responsabilidades que demanden competencias emocionales.

Es por esto que los empleados con habilidades emocionales tienen mejor desempeño laboral. Se comunican mejor con su equipo de trabajo, se mantienen motivados, tienen mejor capacidad de resolución de problemas, saben manejar sus emociones e interactúan adecuadamente con los clientes y los mediadores.

Los 5 pilares de la inteligencia emocional

En 1995, Daniel Goleman identificó cinco elementos que componen a la inteligencia emocional y, desde ese momento, se han tomado como referencia:

Autoconciencia

La autoconciencia implica el conocimiento de nuestros propios sentimientos, emociones y de los estímulos o impulsos que las provocan para reaccionar ante ellos de una manera positiva. Al tener una buena conciencia de nosotros mismos, seremos capaces de reconocer nuestras fortalezas y debilidades, usándolo a nuestro favor para trabajar en los puntos débiles y, de esta manera, resaltar las fortalezas. Además, esta habilidad nos permite no tomar decisiones precipitadas, sino analizar cada situación para encontrar la correcta solución, mejorando significativamente nuestra vida personal.

Autocontrol emocional

Todos los seres humanos tenemos emociones y sentimientos, pero muchas veces nos dejamos llevar negativamente por ellos. Aquí es donde entra en juego el autocontrol emocional, el cual nos permite reflexionar y controlar dichas emociones (no hay que reprimirlas), para poder identificar si son efímeras o duraderas. Debemos distinguir, de igual manera, cuáles aspectos de esta emoción podemos utilizar a nuestro favor. Es importante destacar que todas las emociones son útiles, solo hay que encontrar un equilibrio para no ser prisionero de ellas.

Automotivación

La inteligencia emocional se basa, también, en plantear metas y objetivos y mantener la suficiente determinación para alcanzarlos. Establecer un plan de acción que podamos seguir, nos ayudará a mantenernos motivados y con gran fuerza de voluntad.

Es por esto que en este ámbito juega un papel importante la disciplina, ya que sin esta, se nos dificulta alcanzar los objetivos planteados. Además, tener iniciativa y ser proactivos en el día a día traerá grandes beneficios en nuestra vida emocional y laboral, y nos permitirá mantener cierto nivel de optimismo para alcanzar todo ese plan de acción previamente planteado.

Empatía

Las personas empáticas resaltan por sus habilidades y por sus competencias. El papel de un buen líder en las relaciones interpersonales se fundamenta en la correcta interpretación de señales, las cuales son expresadas de forma inconsciente por las personas. Comprender las necesidades y saber comunicarlas es importante para que, tanto el personal en una empresa como para que el resto de las personas que nos rodean, se sientan respetados y escuchados, estableciendo vínculos más duraderos y emitiendo más confianza.

Habilidades sociales

Las habilidades sociales son un rasgo fundamental de mantener en cualquier ámbito de nuestra vida. Consiste en saber tratar y comunicarse con las personas para poder promover ideas mientras se emite confianza y seguridad, por lo que es un tipo de inteligencia social. Incluso, Goleman expresa que los mejores líderes pueden «parecer no estar trabajando cuando están trabajando», lo que indica que la habilidad social es una cualidad continua que permite mantener una buena relación con las demás personas y nos capacita para un buen desempeño laboral.

Es importante resaltar que al momento de integrar todas estas habilidades juega un papel importante tanto la inteligencia interpersonal como la inteligencia intrapersonal:

  • Inteligencia interpersonal: se trata de comprender y entender las emociones de las demás personas, y de tener la habilidad para reaccionar según el estado emocional del otro.
  • Inteligencia intrapersonal: aquí se trata de entender y comprender nuestras propias emociones para tomarlas en cuenta al momento de tomar decisiones o ser capaz de regular esas emociones, según el contexto de la situación en la que estemos presentes.

¿Cómo mejorar tu educación emocional?

Ahora que conoces la importancia de la inteligencia emocional para tu crecimiento, tanto personal como profesional, te invitamos a practicar algunos ejercicios y actividades para potenciar tus competencias emocionales: 

  1. Medita: la meditación, además de relajarnos, nos permite enfocar nuestra atención en la respiración, concentrándose en el aire que entra y sale por la nariz. Esto ayuda a ordenar e identificar el flujo de pensamientos que pueden provocar estrés para lograr una mentalidad clara, tranquila y estable.
  2. Lee libros: actualmente, hay muchos libros de inteligencia emocional en el mercado que te pueden ayudar a trabajar y mejorar estas habilidades. Son una buena manera de adquirir conocimiento tanto teórico como práctico, y cuentan con la ventaja de que siempre los puedes volver a leer para repasar conocimientos.
  3. Anótate en cursos: esta opción es ideal para realizar prácticas grupales y para que, además, puedas compartir con un grupo de personas interesadas en este tema. Sin embargo, si no lo puedes hacer presencial, hay muchos cursos que ofrecen el material online para que lo puedas desarrollar desde cualquier parte del mundo, ¡anímate!
  4. Ten un diario de emociones: este hábito es un pequeño primer paso que puedes dar para identificar tus estados de ánimo, y lo mejor es que para esta actividad no necesitas más de 20 minutos al día, ya sea en la mañana, cuando te acabes de despertar, o en la noche antes de acostarte. Relájate y escribe cómo ha estado todo tu día, cómo han sido tus emociones, cómo te fue en el trabajo o en la escuela, identifica si has estado triste, feliz o estresado. Al finalizar la semana, compara con las semanas anteriores y registra tu progreso.
  5. Escucha activamente: no solo se basa en escuchar, sino también en observar el lenguaje no verbal. Mientras hables con una persona, enfócate en lo que está diciendo ella y evalúa sus gestos, miradas, expresiones y posturas, está consciente de los sentimientos de los demás. Procura no divagar en tus propias emociones para poder mantener toda tu atención. 

¡Sigue explorando El American para conocer otros consejos útiles para tu desarrollo profesional!

Total
0
Share