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La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, trató de justificar la caída del 1.4 % de la economía cuando un reportero en la rueda de prensa le preguntó al respecto de la contracción del producto interno bruto (PIB).
En medio de la rueda de prensa Psaki afirmó: “En cuanto a las exportaciones, el número disminuyó, pero eso se debe en gran parte a que nuestra economía está mejor que muchas economías de todo el mundo”.
Para ser precisos, las exportaciones netas, que son el valor de las exportaciones menos las importaciones, han caído $192,000 millones en el último trimestre, lo que se traduce en una reducción del PIB de $70,000 millones.
Aunque las exportaciones cayeron en enero con respecto a diciembre, estas tuvieron un incremento durante febrero, sin embargo, las importaciones crecieron en ambos meses, ampliando el déficit en las exportaciones netas de los Estados Unidos.
Con el ascenso del comercio electrónico y una economía sobre estimulada por la inyección de $5.6 billones por parte del Gobierno federal, y unos cuantos más por parte de la emisión de la Reserva Federal (FED), se cocinó la receta ideal para estimular un aumento no antes visto en las importaciones.
A pesar de que el consumo y el gasto de los negocios han permanecido fuertes, este aumento en el gasto también ha servido como detonante para incrementar las importaciones y disminuir los inventarios de los negocios, lo que influencia negativamente el PIB.
Millones de americanos aprovecharon el dinero extra en sus billeteras para, con un solo click, comprar innumerables productos manufacturados en países como China y traídos por la maquila americana al país.
El economista Milton Friedman solía decir que Estados Unidos es el único país del mundo que puede “exportar inflación”, es decir, puede emitir dólares que serán aceptados en el mundo sin devaluar su divisa por su calidad de moneda de reserva.
Al tener el mundo esta demanda de dólares, Estados Unidos puede incrementar sus importaciones sin tener que hacer lo mismo con sus exportaciones. Esto ha causado que desde la pandemia el déficit comercial se esté expandiendo en proporciones no antes vistas, problema que la administración Biden no ha podido resolver.
El anuncio de la caída de la economía americana viene en un momento en que varios economistas advierten sobre el riesgo de estanflación, es decir, inflación sin crecimiento económico.
Según un estudio recientemente, realizado por el antiguo secretario del Tesoro, Larry Summers, junto con el economista Alex Domash, a los periodos de alta inflación con bajo desempleo normalmente les siguen periodos de recesión.
En el presente, la economía americana enfrenta una inflación que supera el 8.5 % anual, según el dato de marzo, lo que ha terminado afectando el poder adquisitivo de los americanos, que han visto como sus salarios han perdido poder de compra a pesar de los incrementos experimentados en el 2021.
Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica