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Biden debe apoyar a Ucrania, pero no puede sacrificar la economía de los americanos en el camino

Biden debe apoyar a Ucrania, pero no puede sacrificar la economía de los americanos en el camino

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Millones de americanos despiertan todos los días a trabajar de 8 a 12 horas diarias para alimentar a sus familias, se esfuerzan para llegar a fin de mes, la inflación los ha destrozado, alimentarse es un 10 % más costoso de lo que lo era hasta hace unos meses, el combustible también está a nivel nacional en su máximo histórico, y la situación parece no tener remedio en el corto plazo.

Por otra parte, está Ucrania, allí se está librando una guerra contra Rusia, una de las naciones enemigas de Estados Unidos que intenta subvertir el orden internacional. Para toda persona que tenga un poco de sentido común es lógico que Estados Unidos debe apoyar la causa ucraniana, no por buena fe o salvar a los pobres ucranianos, sino porque estratégica y geopolíticamente es importante no permitir que los regímenes totalitarios al otro lado del mundo intenten una expansión sin precedentes que a la larga ponga en riesgo la seguridad nacional.

Sin embargo, pese a la necesidad de ayudar a Ucrania, Estados Unidos no puede sacrificar su economía en el camino, tras aprobar 13 mil millones de dólares en marzo, la Administración Biden está gestionando 40 mil millones más para Ucrania que saldrá de los bolsillos de los trabajadores americanos, esos mismos que hoy sufren para poder pagar un tanque de gasolina y encontrar leche para sus hijos.

La situación actual me recuerda a la del siglo pasado, cuando en medio de la guerra fría Estados Unidos creó una carrera espacial contra la Unión Soviética, que a la larga terminaría quebrando a los comunistas. Hoy pareciera que la guerra de Rusia, además de estar dirigida a tratar de apoderarse de Ucrania, está llevando a Estados Unidos a una peligrosa situación económica, pues no son solo los más de 50 mil millones de dólares que se han aprobado para la guerra en Ucrania, sino también los efectos colaterales que estas medidas han ocasionado en la economía americana: inflación, déficit comercial, escasez, uso de reservas estratégicas, entre otros.

Derrotar a Rusia es elemental, pero no puede pasar por encima de las necesidades de los americanos. Estados Unidos no puede seguir subsidiando la defensa del orden internacional; mejor dicho, los americanos de a pie, esos que trabajan de 8 a 12 horas diarias para llevarle comida a sus hijos, no pueden seguir sacrificándose para que el mundo esté en paz, mientras el resto de los países dedica sus recursos a crear Estados de bienestar, infraestructura y turismo.

Russian servicemen take part in the Victory Day military parade in the Red Square in Moscow, Russia, 09 May 2022. EFE

Durante los años de la Administración Trump, el presidente republicano hizo hincapié y exigió a sus socios de la OTAN que incrementaran su gasto en defensa, le advirtió a Alemania que de seguir consumiendo gas ruso y dependiendo de Putin, pondría en riesgo el orden internacional; a nadie le importó, no lo escucharon, hoy sus predicciones se hicieron realidad y los demócratas y sus aliados políticos se hacen los desentendidos, y su única respuesta a la crisis es emitir más cheques e incrementar la deuda de la nación.

Biden no puede seguir suministrando ayudas económicas infinitas que recaen sobre los hombros de los americanos, su misión como jefe de Estado, debería estar en presionar a sus socios de la OTAN y la Unión Europea, para que ellos también contribuyan con la defensa de Ucrania, a fin de cuentas, ellos son los principales interesados —y también amenazados— por las ambiciones expansionistas de Putin.

A handout picture made available by Regiment Azov press service shows an injured Ukrainian serviceman in a shelter at the Azovstal Iron and Steel Plant in Mariupol
A handout picture made available by Regiment Azov press service shows an injured Ukrainian serviceman in a shelter at the Azovstal Iron and Steel Plant in Mariupol. EFE

El problema hoy en Washington es que está llena de políticos demagogos a los que solo le interesa hacer política, resolver el problema de hoy, sin importar las consecuencias para mañana. El lema principal para los ocupantes de la Casa Blanca en las últimas décadas parece ser: yo me endeudo, que el que viene asuma la cuenta, y así Estados Unidos se dirige a un precipicio del que después nadie sabrá cómo salir.

Los americanos deben exigirle a Biden que detenga el gasto absurdo que tiene ahorcados a todos los trabajadores del país. ¿Hay que apoyar a Ucrania? Por supuesto que sí, pero hay que usar la diplomacia y la inteligencia para hacerlo, no todo puede resolverse con cheques multimillonarios; los socios de Estados Unidos también deben empezar a pagar la cuenta y le corresponde al presidente cobrarles.

Emmanuel Rincón is a lawyer, writer, novelist and essayist. He has won several international literary awards. He is Editor-at-large at El American // Emmanuel Rincón es abogado, escritor, novelista y ensayista. Ganador de diversos premios literarios internacionales. Es editor-at-large en El American

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