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7 señales críticas del desorden global que está creando la administración Biden

Administración Biden

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Los políticos americanos y europeos deben enfrentar la realidad: Rusia está aislada diplomáticamente de occidente, pero no de China e Irán, ni de muchas naciones en las que élites económicas y políticas tienen cada vez menos confianza en la administración Biden y más en Beijing, Moscú e incluso Teherán. Sea que se salve o se pierda Ucrania esta guerra habrá dejado claro que un mundo libre, errático y debilitado desde dentro, está perdiendo ante el autoritario y políticamente realista bloque ascendente liderado por Beijing.

La administración Biden ha transformado nuestro frágil orden internacional en un nuevo desorden global que abre camino a Beijing. Hay 7 señales críticas que nos advierten de la magnitud del desorden global que está creando desde Washington una administración inepta y autodestructiva:

Washington (Usa), 29/03/2022.- US President Joe Biden (R) speaks beside US Vice President Kamala Harris (L) after signing into law the Emmett Till Antilynching Act, during a ceremony in the Rose Garden of the White House, in Washington, DC, USA, 29 March 2022. (Estados Unidos) EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS
  1. En África Beijing adelanta un experimento imperial con creciente apoyo de las elites autoritarias y corruptas del continente, mientras Rusia mantiene sólidas alianzas con Libia, la República Democrática del Congo y Malí. Además, la política africana está marcada por el discurso poscolonial y Beijing oculta su imperialismo tras un eficaz discurso marxista contra los viejos poderes coloniales, al que no puede responder una Casa Blanca entregada a elites económicas, académicas y mediáticas woke que sostienen el neomarxismo de la TCR.
  2. Beijing está fortaleciendo su alianza con Moscú, porque Rusia es una potencia declinante en una posición geoestratégica vital para la Franja y la Ruta de la seda de Beijing, al tiempo que una fuente confiable de recursos energéticos de los que China carece. Beijing cuenta con que Rusia sea cada vez más dependiente de China asegurándose así los combustibles fósiles que necesita para seguir creciendo económicamente.
  3. India tiene motivos para temer el ascenso de Beijing y Moscú es su principal proveedor de armas. Nueva Delhi se ha aproximado, con dudas legitimas, a un occidente cuyos errores en Afganistán debilitaron los arcos de contención a China, pero todavía necesita las armas rusas ante la creciente amenaza militar china en el Indo-Pacífico y sus tensiones fronterizas con Pakistán y la propia China. Aunque Nueva Delhi ve en la cercanía de Moscú y Beijing un riesgo a su seguridad, Washington no hace lo que debe para darle seguridad e incorporarla como un aliado de primer orden en la contención de China en el Indo-Pacífico.
  4. En Iberoamérica el antiamericanismo resentido de las clases altas y la intelectualidad se alimenta de la ultraizquierda radical marxista de los propios Estados Unidos y los fracasos de Washington al lidiar con una Cuba infinitamente más débil, que se aferra al antiamericanismo para proyectar un abismalmente desproporcionado poder blando y desestabilizar la región.
  5. Los árabes desconfían cada vez más de la administración de Biden por temas que van de la desastrosa retirada de Afganistán a las suicidas negociaciones con Teherán para retomar el fallido acuerdo nuclear de Obama, en una versión todavía más laxa. Washington se niega a enfrentar el creciente patrocinio de Teherán al terrorismo en todo el Oriente Medio alejando a sus aliados árabes mientras Beijing los atrae hábilmente.
  6. Tel Aviv, el más firme aliados de Washington en Oriente Medio, observa con preocupación que la administración Biden ignora repetidamente los intereses de Israel, especialmente al  empeñarse en firmar a toda costa un desastroso acuerdo nuclear que fortalecerá la capacidad militar y terrorista de un Teherán que está entrando en la órbita de China a través de sus acuerdos con Rusia.
  7. Y en casa, la administración Biden ha destruido la independencia energética de los Estados Unidos insistiendo, a toda costa, en políticas monetarias, fiscales y regulatorias que debilitan gravemente la economía y la capacidad competitiva de los Estados Unidos, mientras se aferra la cruzada ideológica woke del ala neomarxista del partido demócrata, profundizando las divisiones internas y atacando las bases mismas de la identidad nacional.

Washington no podrá sostener el actual orden internacional aplicando en casa políticas que debilitan su propia economía y atacan las bases de la nación misma, mientras adelanta en el mundo una errática e irresponsable política internacional que aleja a sus aliados y da vía libre a sus enemigos.

Guillermo Rodríguez is a professor of Political Economy in the extension area of the Faculty of Economic and Administrative Sciences at Universidad Monteávila, in Caracas. A researcher at the Juan de Mariana Center and author of several books // Guillermo es profesor de Economía Política en el área de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en Caracas, investigador en el Centro Juan de Mariana y autor de varios libros

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